do ÂściÂągnięcia - pobieranie - ebook - pdf - download
Podstrony
- Strona Główna
- McAllister Anne Niania dla playboya
- E book Odplyw Netpress Digital
- Williams_Cathy_Wybranka_milionera
- Delinsky Barbara Droga nad urwiskiem
- 0901. Colley Jan Romantyczna kryjówka
- Gromek Illg Joanna Skarby
- Fielding Helen El Diario De Br
- Borges Jorge Luis Ksiega piasku
- Anthony, Piers If I Pay Thee Not In Gold
- John Moore Heroics for Beginners (BD) (v3.1)
- zanotowane.pl
- doc.pisz.pl
- pdf.pisz.pl
- yanielka.opx.pl
[ Pobierz całość w formacie PDF ]
aparece muy difícil porque lo que suele ocurrir es exactamente lo contrario. En la
medida en que una persona se interesa por su autenticidad, pierde conexión con las
demás personas. En la medida en que uno quiere vivir más su libertad, más se desplaza,
más se desintegra, más se desinteresa de los demás. Cuanto más yo quiero ser, menos
me interesan los otros. Y, al revés, cuanto más me intereso por todos, por el hombre, por
la verdad, por la justicia, más me desintereso, más me alejo de mi autenticidad, de mi
individualidad, de mi libertad.
El trabajo de desarrollo espiritual es trabajo en la medida que conduce,
simultáneamente, hacia esas dos realizaciones: mayor profundidad, autenticidad,
realización de sí, y mayor inclusividad, participación, integración en todo. Es una
profundización y expansión de conciencia simultáneamente. No que una cosa tenga que
hacerse a expensas de la otra. En la medida que se actúe de este modo, el trabajo será
útil, será correcto, será positivo, será realizador para mí, para los otros. Esto nos dará la
medida de la utilidad, de la eficacia de nuestro trabajo.
Por lo tanto, si yo quiero ayudar a una persona, ¿cómo la ayudaré? La ayudaré en la
medida que produzca en esa persona una mayor toma de conciencia y una mayor
profundización, es decir, una mayor dinamización, actualización de su profundidad, de
sus facultades profundas. Pero a condición de que esto consiga también integrarlo, que
se sienta junto con los demás, con todo lo demás. Es decir, hemos de mirar
primeramente esto en nuestra propia perspectiva individual: porque nosotros
difícilmente conseguimos esto, y, si yo no lo consigo en mí, es evidente que no podré
comunicarlo a los demás.
Así, pues, será correcta, positiva, cualquier actividad en la medida en que esté
destinada a subvenir a las necesidades reales de los demás como individuos y de la
sociedad como un todo, y que subvengan a estas necesidades en sus dos aspectos, en el
aspecto de mantenimiento, de consolidación, o en el aspecto de desarrollo, de
crecimiento.
Por lo tanto, desde un punto de vista espiritual, son falsas, negativas aquellas
actividades que tienden a crear necesidades artificiales en los demás, que tienden a
separarles de lo que es su verdad, su autenticidad, que tienden a separarles de los otros,
de su participación, de su responsabilidad, de su unión con los otros. Es decir, la
persona que trabaja interiormente descubre que su vida solamente adquiere sentido
como servicio. Antes, su vida exterior tenía un objetivo de conseguir algo, dinero,
satisfacción, poder. Después, llega un momento en que su actividad deja de tener este
objetivo y se convierte en un medio para expresar su capacidad creadora, su capacidad
de hacer, su inteligencia para expresarse en función del todo, para participar de forma
que la sociedad marche mejor. Es decir, que llega un momento en que esto tiene el
predominio, en que la vida tiene sentido en la medida en que es útil para los demás, en
la medida en que es servicio.
Más adelante, incluso esto pierde sentido, porque uno va realizando que el hacer o el
no hacer nunca es de uno mismo, nunca depende de uno mismo. Las cosas se hacen, las
cosas ocurren, las cosas se producen; desaparece por completo esta impresión que se
tenía al principio de que yo hago y deshago, de que soy el autor, el responsable. A
medida que se va produciendo esta concienciación profunda de realidad, uno se da
cuenta de que todo lo que existe funciona y funciona de por sí, funciona a través de mí y
a través de todo, pero, en ningún sentido, yo soy el autor; yo soy algo que ocurre, mejor
dicho, algo que transcurre; y, en la medida en que yo soy algo que transcurre, transcurro
junto con las cosas que transcurren, y las cosas transcurren gracias a que yo transcurro y
los demás transcurren. Todo es un transcurrir, un suceder, un devenir. Y en esto yo no
tengo absolutamente ningún papel central. Yo, como personalidad, soy un aspecto más,
una barquichuela, un foco de conciencia que corre, que corre porque hay unas mareas,
porque hay unos vientos, porque hay unas corrientes, unas fuerzas, unas motivaciones,
unas razones, una inteligencia que lo mueve todo. Y entonces, mi realidad no consiste
en hacer o el no hacer, sino en ser, en ser esto que Es y en esto que se expresa a través
de lo que llaman mi persona, al igual que se expresa a través de todo. Y el problema de
si yo hago o no hago pierde completamente su sentido; yo ni hago ni no hago. Aparece
la falsedad de la postura.
A esto se llega en la medida en que uno va viviendo este hacer de un modo más
profundo, hasta llegar a la fuente. Pero si uno pretende ahora llegar y dice simplemente:
«No, yo no hago nada, dejo que las cosas pasen», todo esto es falso. Pues lo que uno
hace es un prohibirse hacer, lo cual ya es un hacer. Aquí hay una afirmación de lo
[ Pobierz całość w formacie PDF ]